Las rebabas o fragmentos metálicos en el ojo son una urgencia oftalmológica frecuente. Ocurren al trabajar con metal, herramientas o maquinaria sin protección ocular.
Pueden causar dolor, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo, enrojecimiento y, si no se retiran a tiempo, dañar la córnea o dejar una mancha de óxido.

Es importante no intentar quitar la rebaba en casa ni frotar el ojo.
Debe ser retirada cuidadosamente por un oftalmólogo, bajo microscopio y con instrumentos especiales.
Después del procedimiento, se indican gotas antibióticas y lubricantes para prevenir infección y favorecer la cicatrización.

Si sospechas que tienes una rebaba en el ojo, acude a valoración oftalmológica para evitar complicaciones.